
Guayaquil antiguo
En pleno corazón de Guayaquil se junta el pasado y el presente, a través de
sus parques, edificios y museos. Recorrer el centro de Guayaquil no es sólo
contemplar el movimiento bancario y comercial que se genera en cada esquina de
esta calurosa ciudad portuaria. Al caminar por sus calles, saludar y conversar
con su gente, y ver la informalidad con la que se desenvuelven, uno va
conociendo parte de la identidad e historia de esta urbe.
Guayaquil es una ciudad diferente que invita a vivirla a través de sus
plazas, calles y museos renovados gracias a una continua labor municipal. En el
centro se mezcla lo antiguo y lo moderno, el pasado y el presente de una urbe
que se despierta con los primeros resplandores del sol.
Casas de madera y mangle construidas a comienzos del siglo pasado, en medio
de imponentes edificios de concreto, reflejan cómo esta ciudad creció sin
desprenderse de un sitio al que los habitantes avizoraban un desarrollo al pie
del Guayas.
Precisamente el malecón de la ciudad guarda detalles de ese pasado y
presente. La Plaza Cívica, en donde está plasmado el encuentro histórico entre
los libertadores de Sudamérica: Simón Bolívar y San Martín; la Torre del Reloj
o Morisca; la Plaza Olmedo; y las escalinatas del antiguo malecón, forman parte
de ese pasado del viejo malecón en medio de la modernidad.
Actualmente Guayaquil es una ciudad de Ecuador, capital de la provincia de Guayas, y la
más importante ciudad a nivel nacional. Está situada en el sudoeste del país, a
orillas del río Guayas, a unos 20 kilómetros de su desembocadura en el Océano
Pacífico. Es además un importante centro de comercio con influencia a nivel
regional en el ámbito comercial, finanzas, cultural y de entretenimiento. La
ciudad es la cabecera cantonal del cantón homónimo y la capital de la provincia
del Guayas.
Arriba, una vista del Guayaquil moderno.